Somos Paul y Konomi. Cuando nos casamos, decidimos encontrar el lugar más hermoso del planeta para vivir. Por eso vinimos a la Patagonia chilena. Después de unos meses de viaje, encontramos un pequeño pedazo de tierra en una colina afuera de La Junta, en la confluencia de dos ríos, con una hermosa vista al Volcán Melimoyu, las montañas y bosques de los alrededores. Nos enamoramos a primera vista. Eso fue hace diez años. En aquel entonces nuestra tierra era un pasto sin árboles, habitado por vacas y ovejas.

 

Nosotros construimos nuestra casa, plantamos mil doscientos árboles nativos y cien árboles frutales, construimos invernaderos, jardines en terrazas y diecinueve estanques con agua de lluvia. Con el paso de los años, los árboles crecieron. Ahora tenemos un bosque. Con tantos estanques, comenzaron a aparecer ranas, luego libélulas. Plantamos hierbas, verduras, bayas y flores. Luego vinieron las abejas y treinta especies de aves migratorias. Cada año aparece algo nuevo. Es muy gratificante ver cómo se puede regenerar la naturaleza y aumentar la biodiversidad, con un poco de ayuda de los humanos.

'Ahora, ¿qué queremos hacer con este hermoso lugar?'

Nos preguntamos a nosotros mismos y decidimos abrir nuestro jardín al público para que otros también lo disfruten.